Tras haber surcado los mares del mundo durante largos años, los Piranas del Capitán Bloodh han echado el ancla en la ciudad para estirar las patas y disfrutar un poco de la vida. Son ruidosos, camorristas y ladrones (en resumen, piratas), por lo que no han tardado en hacer enemigos y algún que otro amigo. Pero sobre todo se divierten tanto que ya no quieren volver a zarpar.